Diríjase hacia el norte por la colina desde la Plaza Nueva para llegar al barrio árabe de Granada, que también forma parte del sitio de la UNESCO de Granada.
Después de la reconquista, aquí se asentó la población morisca que quería permanecer en Granada y es imposible ignorar la influencia en la arquitectura de esta parte cautivadora de la ciudad.
Finalmente, los musulmanes fueron expulsados y sus mezquitas se convirtieron en iglesias.
Como corresponde a una medina, el plano urbano es una maraña de callejones estrechos con casas altas pintadas de blanco.
Los azulejos moriscos pintados a mano que adornan las paredes aquí son muy bonitos y merecen una mirada cercana.